Capital extranjero para la industria azucarera cubana
Planes para reactivar el procesamiento y el uso de los residuos para hacer combustible de biomasa.
Capital extranjero para la industria azucarera cubana
Planes para reactivar el procesamiento y el uso de los residuos para hacer combustible de biomasa.
Dos proyectos con fondos extranjeros destinados a reactivar la producción de azúcar en Cuba son las primeras inversiones de su tipo en medio siglo. Llegan en un momento en que la otrora poderosa industria se encuentra en su nivel más bajo.
El semanario 5 de septiembre reporta que el grupo brasileño Odebrecht y la británica Havana Energy Ltd. firmaron acuerdos de inversión con la empresa estatal Azcuba durante la Feria de La Habana del mes pasado.
Con un acuerdo de 60 millones de dólares americanos, Odebrecht administrará la central azucarera “5 de septiembre” en la provincia de Cienfuegos. La empresa ya está trabajando en Cuba, en un proyecto para modernizar el Puerto Mariel.
La inversión de Havana Energy no se centra en la azúcar sino en los subproductos. Va a construir en Cuba la primera planta de generación eléctrica impulsada por la biomasa de la caña de azúcar, utilizando los desechos materiales de la central Ciro Redondo de la provincia de Ciego de Ávila.
Según el periodista independiente, Francisco Blanco Sanabria, los acuerdos llegan en momentos que el sector azucarero padece la peor crisis de su historia.
En el periodo 2011-2012, la producción fue solo de millón y medio de toneladas de azúcar, una abrupta caída de un tope productivo de 8.2 millones de toneladas logradas en la década de los ochenta.
El descenso se remonta a inicios de los noventa, cuando el principal mercado para el azúcar cubano – la Unión Soviética- colapsó. La industria era tan dependiente en garantizar las ventas a su aliado, que nunca trató de buscar alternativas o diversificarse en áreas como la producción de etanol.
El economista Oscar Espinosa Chepe señala que el programa de reestructuración que el gobierno siguió, contempló desmantelar las centrales azucareros y reducir las áreas de cultivo en un 50%. De 156 fábricas existentes en 1990, sobrevivieron poco más de 40.
Una de ellas es la planta “5 de septiembre”, que pasará a manos de Odebrecht y reanudará la producción en vísperas de la cosecha de este diciembre. Ahora, bajo la administración extranjera.
En la Feria de La Habana, el gobierno cubano culpó la tardanza de la inversión en el sector al embargo económico de Estados Unidos.
En vigor desde 1960, el embargo penaliza a empresas extranjeras que adquieren u operan negocios confiscados por la administración de Fidel Castro a ciudadanos norteamericanos a principio de esa década. Decenas de centrales azucareras fueron construidas entre los años 70 y 90, por lo que técnicamente escapan a las restricciones.
Alejandro Tur Valladares es periodista independiente en Cuba.
Esta noticia fue piblicada por primera vez en el sitio web de IWPR.