Desvío de tarifas en autobuses cubanos
Los conductores tienen “cobradores” informales para recoger dinero en efectivo que complementa sus salarios.
Desvío de tarifas en autobuses cubanos
Los conductores tienen “cobradores” informales para recoger dinero en efectivo que complementa sus salarios.
“¡Ladrones descarados!”, Adís gritó al conductor del autobús de La Habana y a su compañero que recoge el dinero de los pasajeros. “No en sus bolsillos. Eso está prohibido.”
Adís estaba enojada porque ella sospechaba que el dinero en efectivo estaba siendo desviado por el "cobrador" para compartirlo con el conductor. El cobro de pasajes por parte de los choferes fue abolido en Cuba en 2007, y desde entonces, los pasajeros depositan el dinero en alcancías situadas junto a la puerta del autobús.
Cuando Adís advirtió a Enrique, el cobrador, que lo iba a denunciar a la autoridad de transporte provincial, respondió: “vieja loca, camina al fondo, mueve las patas”.
Enrique dijo a este reportera que no estaba haciendo nada malo y simplemente estaba ayudando. Nadie más se quejaba, agregó.
“Todo este alboroto por 40 centavos”, dijo. “Hago eso como ayuda al chófer, no soy empleado de la base, pero coopero para que todos paguen, después echo el dinero en la alcancía, al final del recorrido.”
El conductor del autobús Armando dijo que era la primera vez que Enrique había recogido alguna vez dinero, y añadió: “espero que la discusión no trascienda. Mi ayudante se equivocó”.
La estafa en el cobro del pasaje es una práctica común en los autobuses cubanos.
“Los choferes saben que está prohibida la manipulación de dinero. Ellos se buscan … unos pesitos extras”, dijo Carlos, quien trabaja como inspector para garantizar que el servicio de autobuses se ejecute correctamente.
En cuanto al argumento de que los cobradores informales ayudan a prevenir la evasión del pago, Carlos indicó que “es verdad, que muchos no pagan el ómnibus, pero son más los que pagan dos veces el precio sin protestar”.
La cuestión se ha destacado en los medios de comunicación estatales como el periódico Granma. Pero a como el residente habanero Orestes señaló: “los denuncian por televisión, la radio y periódicos, pero nadie hace nada por solucionar el problema, es como si algún funcionario del transporte se estuviera beneficiando de eso, el dinero hace maravillas”.
Los trabajadores del transporte público que cometan delitos menores pueden tener su pago reducido o ser despedidos.
El salario mensual promedio para los conductores es de 480 pesos cubanos (unos 20 dólares). Sin embargo, su nivel de remuneración depende del número establecido de viajes y si traen suficiente dinero de pasajeros. Así que tienen que gastar dinero para mantener sus vehículos en la carretera. Con este fin, ellos pagan “estímulos” ilegales a los mecánicos, fregadores, electricistas, montadores de neumáticos y otro personal para conseguir que hagan su trabajo. No es de extrañar que traten de hacer un poco de dinero al margen.
Después de su encuentro con el chófer y el cobrador del autobús, Adís permaneció indiferente. Cuando se bajó, sacó su teléfono móvil y fotografió a Armando y a Enrique.
“Nos vamos a ver las caras en la Empresa Provincial de Trasporte”, les advirtió.
Miriam Herrera Calvo es una periodista independiente cubana que vive en La Habana.
Esta noticia se publicó previamente en el sitio web del Institute for War and Peace Reporting, IWPR.