Huelgas de hambre en Cuba, una medida de presión

Cinco cubanos están actualmente en huelga de hambre, una forma de protesta que tiene una historia larga en el país.

Aunque la mayoría de las huelgas de hambre terminan después de unos días, otras continúan por mucho más –en algunos casos hasta que el detractor muere. En los últimos tres años, más de una decena de prisioneros han muerto mientras estaban en una huelga de hambre.

Enrique Figuerola Miranda, de 34 años de edad, miembro de la Unión Patriótica de Cuba, UNPACU, está entre los cinco que actualmente están en huelga de hambre. Está en prisión preventiva en la cárcel Boniato en Santiago de Cuba acusado de intento de asesinato. No ha comido desde el 20 de abril.

Figuerola Miranda fue arrestado en Julio de 2012. Aunque su caso ha estado en la corte en tres ocasiones, el juicio ha sido suspendido cada vez por razones que se desconocen.

En la provincia de La Habana, los disidentes Miguel Alberto Ulloa Ginar, de 23 años, y Reinier Mulet Levis, de 26 años, ambos miembros del Partido Republicano de Cuba, fueron detenidos el 10 de abril. También están en huelga de hambre.

Los dos, no han comido desde el 2 de julio, y son acusados de daño a la propiedad del Estado después de escribir frases de protesta en las aceras, postes del tendido eléctrico y paredes de centros comerciales en Cojímar, perteneciente al municipio Habana del Este.

Las proclamas incluían “Libertad para Calixto Ramón”, periodista que fue detenido en septiembre de 2012 y liberado el mes de abril. Sostuvo tres huelgas de hambre durante su detención, y al menos nueve periodistas cubanos y defensores de derechos humanos iniciaron huelgas de hambre en solidaridad con su colega detenido y para presionar por su liberación.

Otra reciente huelga de hambre sumó a más de 60 simpatizantes de todo el país, como una expresión de solidaridad con el secretario Luis Enrique Lozada Igarza de la UNPACU. (Para obtener más información, consulte Libertad para el periodista cubano detenido y Sesenta activistas en huelga de hambre en el oriente de Cuba.)

El 24 de junio, Leoncio Rodríguez Ponce, se declaró en huelga de hambre porque las autoridades no habían cumplido con su promesa de regresarlo a Guantánamo, su ciudad de origen. El fue transferido a otra prisión en Pinar del Río, en el otro extremos de la isla, como castigo debido a una huelga de hambre que inició con otros 17 prisioneros en la provincia de Guantánamo para presionar por mejores condiciones carcelarias. 

Osvaldo Rodríguez Acosta, líder del Movimiento Unión Patriótica Cubana, inició una nueva huelga de hambre el 12 de julio debido a que las autoridades no revisaron las sentencias en contra de él, su esposa y su hijo. Recientemente terminó una huelga de hambre de 40 días en la prisión Combinado del Este. (Vea Tres miembros de una familia de disidentes enfrenta juicio en Cuba.)

Una de las primeras huelgas de hambre registradas en la Cuba comunista fue la de Roberto López Chávez, de 25 años, quien murió en diciembre de 1966 en la prisión Isla de Pinos después de 70 días.

Otro prominente caso fue el de Pedro Luis Boitel, un disidente que pasó 53 días en una huelga de hambre antes de morir en mayo de 1972 en la prisión Castillo del Príncipe en La Habana.

La primera huelga mortal en el siglo XXI en una cárcel de Cuba fue realizada por Orlando Zapata en febrero de 2012 después de 83 días.

Zapata fue un albañil que nació en la provincia de Holguín y recibió una larga sentencia en prisión por actividades disidentes en 2003. Inició su protesta en demanda de mejores condiciones carcelarias y su reconocimiento como preso político.

La crítica internacional se generalizó a raíz de su muerte, aunque el presidente Raúl Castro respondió demeritando a los huelguistas de hambre como agentes extranjeros.

“No cederemos jamás al chantaje, de ningún país o conjunto de naciones por poderosas que sean, pase lo que pase” dijo en ese momento.

Los prisioneros que inician una huelga de hambre son confinados a celdas solitarias y desprovistos de atención médica. También enfrentan el riesgo de ser golpeados por los carceleros y con frecuencia se les niega el agua por varios días en un intento por quebrar su voluntad.

Los activistas señalan que estas tácticas fueron usadas contra Ramón Alejandro Muñoz González, un miembro de la Fundación Afrocubana Independiente. Fue golpeado por los carceleros en la prisión Combinado del Este y luego confinado en una celda de castigo donde le quitaron el agua. Posteriormente abandonó la huelga de hambre, permanece en la cárcel.

Cuando Wilberto Parada y Roberto Hernández, ambos miembros de la UNPACU, fueron detenidos en La Habana, ayunaron por más de treinta días para insistir en su reclamo de que no había ninguna razón de su arresto. Se dieron por vencidos a finales de junio.

Yudislely Rodríguez, esposa de Parada, dijo que “la Fiscalía no ha determinado cuáles son los delitos que se les imputarán y el tiempo que permanecerán en prisión”.

Las huelgas de hambre también son conocidas porque los ciudadanos y prisioneros se cosen la boca con hilos o alambres para reafirmar que llevan la huelga a cabalidad.

“Una persona que pasa de los 20 días sin alimentarse corre el riesgo de contraer varias enfermedades estomacales e infecciones que no tienen retrocesos”, indicó el Dr. Eduardo Herrera Durán y agregó que una huelga de hambre prolongada es “un verdadero suicidio”.

Algunas veces las protestas son exitosas. Luis Enrique Santos Caballero, un activista de 46 años y miembro del Movimiento de Resistencia Cívica “Pedro Luis Boitel”, dejó de comer el 24 de mayo después de que la policía lo expulsara de la casa donde vivía.

Después de 17 días de rechazar la comida, Santos Caballero fue trasladado a un hospital civil en la provincia de Santa Clara. Terminó su protesta el 18 de julio, las autoridades ofrecieron reubicarlo.

Roberto de Jesús Guerra Pérez es un periodista independiente y fundador de la agencia de noticias Hablemos Press en Cuba.

Esta noticia fue publicada por primera vez en el sitio web de IWPR.