La misión de un periodista cubano para contar la verdad
Entrevista con Roberto de Jesús Guerra Pérez antes de su detención del 11 de septiembre.
La misión de un periodista cubano para contar la verdad
Entrevista con Roberto de Jesús Guerra Pérez antes de su detención del 11 de septiembre.
Roberto de Jesús Guerra Pérez, periodista independiente cubano y fundador de la agencia de noticias “Centro de Información Hablemos Press”, ha sido puesto en libertad después de ser detenido durante más de un día y golpeado gravemente.
Después de que Guerra Pérez, de 33 años, fue detenido frente a su casa en la Habana, capital de Cuba el 11 de septiembre, su esposa Magaly Norvis Ortero tuiteó , "Me informan que Roberto J Guerra fue golpeado salvajemente en el momento de la detención hasta dejarlo sin conocimiento".
Guerra Pérez fue puesto en libertad después de pasar más de 28 horas en custodia. Dijo que los agentes lo golpearon hasta dejarlo casi sin conocimiento y amenazaron de muerte si no deja de difundir información independiente.
El día antes de su detención, se dio cuenta que estaba en problemas, escribió “he tenido bastantes problemas en las últimas 12 horas, la policía política ha amenazado a Magaly y a mi con allanarnos la casa por las informaciones que he estado sacando vía Twitter”.
Sandra, hermana de Guerra Pérez, expresó “estoy culpabilizando al gobierno cubano por lo que puede suceder a mi hermano.”
Guerra Pérez jugó un papel clave entre los activistas de los medios sociales que mantuvieron informados a los cubanos a través de Twitter durante un corte de electricidad de gran escala en el país el 9 de septiembre. Poca información sobre el apagón fue difundida por los medios estatales. El gobierno restó importancia al suceso y su magnitud. La BBC estimó que el apagón afectó entre seis y siete millones de personas durante más de cuatro horas.
En una entrevista realizada por correo electrónico dos semanas antes de su detención, Guerra Pérez habló de su vida como periodista independiente en Cuba.
“He cumplido casi cuatro años de cárcel en tres condenas por ejercer el periodismo independiente y ser un defensor de los derechos humanos,” dijo. “Desde el 2003 hasta la fecha he sido detenido más de 120 ocasiones, me han dado golpizas en las calles, en estaciones de policía y en las cárceles. Cuando me arrestaron en el 2005, permanecí seis meses y 20 días en un centro de tortura a 600 kilómetros de mi familia, donde apenas podía ver la luz del sol”.
“Para mí fue y es un orgullo ser un prisionero político. Pero el cautiverio es algo horrible, de terror, lo nunca deseado. Te suceden cosas y ves cosas que ni en la película 'Saw' suceden”.
El estado de salud de Guerra Pérez está afectado por los encarcelamientos y sus numerosas huelgas de hambre. Tiene mucho interés en explicar sus motivos para ejercer el periodismo y dirigir una agencia de prensa independiente, a pesar de los riesgos que implica.
“Estoy joven, tengo una visa para Estados unidos, otra para Alemania, puedo irme a conocer el mundo, trabajar, tener una casa propia, un auto, un plato de comida bueno, ganar mucho dinero. Sin embargo, aquí paso mucho trabajo y vivo bajo contante [sic] represión,” declaró. “En la isla, es conocido que todos los medios de información están en manos del Estado… voceros del Partido Comunista … y los periodista de esos órganos escriben lo que se les ordena. Realmente en Cuba no hay prensa. Los periódicos son el papel de baño de miles de cubanos”.
“Decidí [ser periodista] porque me gusta reportar todo lo que está sucediendo en Cuba y que la prensa no da a conocer. Toda la verdad que hay oculta detrás de esa propaganda…” Continúa diciendo que le“encanta, es algo que no puedo dejar de hacer ya, aunque quisiera…. lo positivo es que no dices mentiras, que cuentas la verdad a tus lectores. Quisiera poder hacer más por mi patria que vive bajo una dictadura.”
“Quiero la libertad de mi patria, amo esta tierra. Mi gran interés es mantener mi proyecto vivo, si es que llego vivo al final.”
Guerra reconoce que la revolución cubana de 1959 proporcionó algunos cambios positivos en el país. “Todo el mundo ha podido aprender a escribir y leer, estudiar, que hay una asistencia diaria de nuestros hijos a la escuela”.
Sin embargo, sigue siendo muy crítico en la mayoría de los aspectos del sistema.
Considera que “es muy difícil en general. Los cubanos vivimos en condiciones absolutamente paupérrimas. No gozamos de las libertades… Desconfiamos el uno del otro debido a que el gobierno nos ha degradado a tal punto que pensamos que cada uno tenemos un policía dentro,” . Después menciona “no tenemos derechos de viajar, ir a una playa con amigos extranjeros… No tenemos derechos a opinar libremente y los que lo hacemos nos arriesgamos a ir a la cárcel. No podemos organizar reuniones pacíficas y públicas donde podamos gritar lo que sentimos. Vivimos presos dentro de nuestra propia isla, rodeada de agua donde hay peces y es ilegal que los pesquemos para comerlos. Nosotros y nuestros hijos no podemos estudiar lo que deseamos y tampoco escoger un terreno donde construir nuestra propia casa. Vivimos en estado de hacinamiento en nuestros apartamentos. La vida ahora en Cuba se sufre, se sufre mucho”.
Guerra Pérez es un periodista autodidacta de orígenes humildes. ”Soy hijo de una humilde familia de campesinos… A mis cuatro años de edad mi madre se separó de mi padre. Nos convertimos en gitanos. Nos intrincamos en la Sierra Maestra en un lugar conocido por Las Delicias, donde asistí a una escuelita rural ... Caminaba todos los días unos cuatro kilómetros por la manigua [terreno pantanoso cubierto de maleza tropical]”.
“A los 9 años tuve que hacer mandados a mis vecinos que me pagaban para ayudarme, vender dulces caseros y cuanto rayo aparecía para buscarme los quilos [dinero] y darle de comer a mi mamá y mi hermano más chiquito. A los 14 años dejé la escuela pues vivíamos en la extrema pobreza… los cogí tres años más tarde en el programa de clases de superación, alcanzando el 12 grado,” dijo.
“Una de las cosas que no cuento… es que viví en los predios de un basurero, allá por el año 92. Mi familia y yo nos alimentamos de lo que botaban los carros de la empacadora en este basurero ya que era la época de pleno periodo especial [período de privaciones provocado por el colapso del aliado de Cuba, la Unión Soviética]. No solo nosotros, mucha gente lo hacía.”
“No es que soy un periodista graduado [sic]. Aprendí solo a redactar desde un principio sin tener formación académica... Edito vídeos, audios, preparo fotos…. Todo esto lo he adquirido por mi interés en dar a conocer lo que sucede en la isla. Ya les digo, soy autodidacta.”
Guerra decidió convertirse en un periodista a principios de 2004 cuando Julio Machado de Radio Martí, emisora de radio cubano estadounidense, lo entrevistó sobre la Sierra Maestra. Denunció la pobreza en la región. El programa de radio fue muy popular. Machado dijo más tarde a Guerra que tuvo “talento para reportar y que él me ayudaría, entonces fue que di mis primeros pasos en el periodismo independiente.”
Guerra continuó describiendo un día típico de trabajo.
“Trabajo en condiciones críticas, en un diminuto local en mi casa con una altura de apenas 1.60 metros, con mucha calor, donde a veces nos concentramos hasta 6 personas trabajando en 3 computadoras. Todo el tiempo presionado por la cantidad de información que nos llega. No podemos ponerla de inmediato en la Web porque no contamos con internet” dijo. “Ahora mismo son las 2:35 de la mañana y no he dormido nada, la noche pasada solo dormí tres horas y media, la anterior menos.”
“Hoy creo que no dormiré, pues luego que termine de relatar esta entrevista tengo que revisar las noticias y trabajos que han elaborado mis colegas para que las publique a primera hora, cuando pueda acceder a una embajada que nos da dos horas de internet.”
De acuerdo con el sitio web de noticias Diario de Cuba, Guerra Pérez fue detenido cuando se dirigía a la embajada de la República Checa para publicar noticias en el blog Hablemos Press.
El director del Centro de Información Hablemos Press terminó la entrevista diciendo que aspira ver a su“patria libre de dictadura. Poder escupir la tumba de los que nos quitaron la libertad. Crear un canal de televisión donde todos puedan dar sus opiniones. Poner en cada parque un púlpito donde la gente pueda ir a gritar lo que desee sin temor a ser molestado ni encarcelado”.
“Que se respeten todos los derechos y el ciudadano vuelva a vivir en democracia... Eso son algunos de mis sueños para el futuro.”